El viento mecía las olas de ésta playa solitaria, atrás, por encima en la dorada arena brillaban los tamariscos bañados de rocío mañanero. El lenguaje del murmullo entre éstas y la mar bien claro dejaban escuchar... ¡hay fiesta en ...
Con las tres juntitas me apaño, a maría la encontraré en la vía al paso de la montaña, que junto a su paisaje, seguro yo la acompaño. A Claudia yo le reprocho que se comiera el cerdito junto a sus amiguitos, de 40 y pico todos pero en jolgorio seguro mientras se asaba el animalito, ¡que fue de ...
Claudia, aquí todos te extrañamos
y es una alegría inmensa poder vernos
por el ordenador, ¡te quiero mucho!
María, a ti te tengo más cerca,
gracias por comentarme.
Besos...
María Victoria.