Foro Poetas Modernos

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Aquella calle , la verde soñadora,
la que me inspiraba a jugar a cada hora.
Aquella que al amanecer brillaba
con cada gota de helada, mientras yo suspiraba;
cuantas veces a ti te contaba mis ilusiones.

Partía de allí con los rayos del ...

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Aquella calle , la verde soñadora,
la que me inspiraba a jugar a cada hora.
Aquella que al amanecer brillaba
con cada gota de helada, mientras yo suspiraba;
cuantas veces a ti te contaba mis ilusiones.

Partía de allí con los rayos del ...

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Hubo un papel bajo la almohada
que cada noche me hablaba.
que cada noche bailaba dentro de mi cabeza,
y los sueños aquellos reales cosquilleos,
qué sueños ilusorios me transitaban.

bajo aquella almohada se quedaba la vida
vestida de rosa, de ...

Cantabas en el bosque
en los árboles, en el desierto.
cantaba tu garganta
el silencio miserable
abriendo el nuevo día.

Aquellos eran momentos
de trágico acento.
Sólo de tu garganta, de tu pecho
en que deslizabas melódico veneno .
Querías dejar que los sueños
abrazaran tu acento.
Antonia PGC ...

Gritó el alma las palabras sonoras,
gritó la música de sonidos ciegos
y el alma atrincherada deseaba soles radiantes.
Lunas con juegos de azares
en las quietas noches de almas inquietas.

Antonia PGC.

Lumbre quemando el aire,
cenizas en blanco y negro
límite sin contenerlo.
Cómo si el agrio de tus labios
hubiera sido el veneno
que a mi sangre destruyera,
este fuego que sintiera
en lo intenso y en lo amargo
en los ríos y en el aire...
en los alambres distantes,
sólo quedará el enjambre
entre ...

Tanto los vasos secos de licores muertos,
ecos de palomas atrapadas
por nebulosas templadas,
que inútil buscar hadas entre vasijas huecas.

Tantos licores muertos, tantos sueños rotos;
junto a lechos espinosos vacíos de aciertos.
¡Bebe, bebe conmigo...!
de éste licor desmedido
y ten entre tus ...

Me salpiqué de rocío
por correrme tras el brío
de aquel corcel del desvarío,.
ni siquiera tropezar me viste
ni siquiera mirarme quisiste.

me quedé con la tarde hermosa
y en silencio hasta noche
hasta que el cielo me oyera
y el amanecer volviera,
no te pensé, no, no vuelve el desvarío.

Me ...

Hilando amor se cae la tarde
doliendo el pensamiento hasta que arde
en la fragua roja del engaño.
Machacando la herida cobarde
y el llanto sin fin del desengaño.
Igual cae la lluvia en tierra ajena
en mi las grietas son de pena...
maldita la ola que se tragó la arena,
que se llevó la sal y el ...

Perdí mi nombre al llegar la aurora
entre sueños y alborozos ciegos;
plasmé sin querer aquellos egos
de fragantes aromas y sinfonías de otrora.

Quizás el fuego que incendio la rosa
nació de un cielo en forma tormentosa,
más el aura del trueno la volvió caprichosa
y de aquel rescoldo cenizas en la ...