“Goal to the crown”
(soneto)
Que sin duda aquel joven prometía
por todo el mundo, tan notorio era,
un "As" del balonmano; Enrique fuera
consorte de la infanta algún buen día.
A la princesa, él esposar quería,
¡jamás mayor negocio no lo hubiera!
pensó aquel con acierto ¡Qué lumbrera!
gran braguetazo, Urdangarin daría.
Luego cambió el deporte del balón
y se metió en negocios algo oscuros,
para amasar fortunas cual hurón.
sus "ganancias" él lava en extramuros,
lo mismo que lo haría un otro hampón,
y ante el juez, él se muestra cual perjuro.
Roberto Santamaría