en qué mejor lugar pasar el día.
La calle no me gusta en demasía.
De andar tengo, en verdad, muy poca gana.
Preciso era hacer algo. La galbana
la mente me entumece y deja fría.
Después no ha de brotar la Poesía,
la Musa es con calor cuando se afana.
Me fui, cual siendo joven, al Retiro
montando en autobús por ir sentado.
Estando allí en un banco di un suspiro
en tanto recordaba mi pasado.
¿En dónde está aquel chico? Porque miro
en todo derredor y se ha esfumado.
Tampoco encuentro ya sus esperanzas
de ser un gran tenor y un gran poeta,
jamás llegó a alcanzar aquella meta
ni apenas se escucharon sus romanzas.
Tan sólo ya me restan las membranzas
de aquello que soñé, pues no respeta
el tiempo ni la voz y, en su pirueta,
las cañas del ayer se tornan lanzas.
A casa retorné y hallé a mi esposa.
- ¿En dónde habrás estado, dónde has ido?- ,
se puso a preguntar, pues es curiosa.
- Estuve en un lugar donde he vivido
de mozo una quimera bien hermosa.
Mas todo ya ha quedado en el olvido.-.
Le vi que se quedaba sorprendida,
mas pronto fue a servirme la comida.