mujer que en mi cariño poco fía,
mujer que yo quisiera fueses mía,
concede a mi vejez grato consuelo.
Las puertas abrir puedes de mi Cielo
diciéndome que sí. Y en este día,
en este amanecer, con alegría,
acalla de tus dudas el recelo.
Olvida lo pasado, es el futuro
aquello que a los dos de cierto importa.
Alumbre aquél tu ayer, triste y oscuro,
mi cálida pasión. La vida es corta.
Vivámosla sin miedo y, de seguro,
tus penas junto a mi tu alma soporta.