Platicando con Alfonso Reyes desde El Peuqueñal

[Marina Azuela]

ALFONSO REYES

Aquí estamos, respirando el sahumerio de sándalo donde la sabiduría reposa. Aquí, en la Capilla Alfonsina, frente al colegio Sor Juana Inés de la Cruz. Nada es casual, el tiempo se muerde la cola en un rictus infinito, el poncho argentino del gran abuelo sobrevuela en esta calle que lleva a todas las calles del conocimiento. La casa donde vivió Don Alfonso Reyes es una escalera caracolar y en su "Luz cenital" sientes al fin que has llegado a la región más transparente del aire. Un estremecimiento mueve los tentáculos de la memoria. "La belleza, –dice Jorge Luis Borges–, está acechándonos permanentemente. Si tuviéramos sensibilidad, si alguien fuera profundamente poeta, sentiríamos que cada momento es una revelación de la Belleza, es decir, cada momento es único e irrepetible". La casa de Alfonso fue construida para nosotros, para que todos los visitantes de la Belleza se sienten a platicar con los espíritus más nobles de la tierra. En Benjamín Hill 122 la encontramos, apenas un letrerito de 50 centímetros la anuncia. ¿Por qué se nos mojan las manos y el cuerpo entero en este lugar? Casi toda su vida está contenida en esta casita, donde habita la biblioteca más hermosa de México. Pinturas de Orozco, de Ruelas, de Anguiano, de Angelina Beloff, esculturas, soldaditos de plomo recreando la historia completa de México, libros y palabras que danzarines juegan con fantasmas. Aquí se fuma la pipa de la humildad. Una mujer hermosa escribe en lo alto de la biblioteca, de este hospital de las almas, deletrea la palabra espíritu. Es su nieta Alicia, la Tikis. Sus ojos son como los de su abuelo, miran acariciando y sus palabras, voz diáfana, recuerdan himnos afrodisíacos.
¿Se imagina, querido lector, a nuestra juventud clamando por las calles, por la belleza? Don Alfonso y sus amigos de Banquete hacían marchas a principios del Siglo XX defendiéndola. ¡Ah! ¡Nuestra consulta primordial! Porque Don Alfonso es la fuente viva del gay saber. “Hombre trino y uno”, como lo calificó Juan Ramón Jiménez. “El volcán de Anáhuac”, sentenció Pita; “De Erasmo Mexicano... OH señor de las letras”, lo describió Cortázar; “árbol tutelar con las ramas abiertas a todos los vientos”, dijo Cardoza y Aragón. “Reyes, la indescifrable providencia/ que administra lo pródigo y lo parco/ nos dio a los unos el vector o el arco;/ pero a ti la total circunferencia”, le cantó Borges.
Delta de las conciencias, torero–sagitario, nos cuenta que el fuego de mayo lo armó caballero. Ah... si todos los Embajadores fueran como Reyes predicando, entre las naciones, la Cruzada de la Buena Voluntad, como definiría su labor en el Servicio Exterior Mexicano, dentro del cual sirvió durante casi 20 años. Porque la fraternidad fue su sino, su generosa conversación cultivó a los jóvenes escritores, entre otros, a Octavio Paz, del cual fue receptor, guía y mecenas, como lo podemos constatar en su epistolario.
Nos dejó tratados de historia, de filosofía, de filología, de estética, de poesía. Le quitó el bastón de la pedantería a la Literatura y se bajó justo al lugar de nuestros ojos. Porque no es la obra de nuestro gran Alfonso, el gesto fruncido y adusto, no, su obra se deja leer como un abrazo matinal, justo en el centro de nuestro entendimiento. Fluyen las palabras que se llenan de formas luminosas, sencillas, directas a nuestro corazón.
Regiomontano universal alguien lo nombró, porque llevaba en sus verbos, al Cerro de la Silla, coloso guardián de su cuna, Monterrey.
Ahora tenemos monumentos, calles, plazas públicas, colonias, festivales, cátedras, ediciones caras y baratas que se adornan con su nombre, pero cuando llegó a México, después de tantos años de llevar cargando a la nostalgia, apenas unas cuantas páginas de los diarios lo recibieron. Y cuando Borges lo propuso para el Premio Nobel, en México la respuesta fue rotunda: "Cómo vamos a pedir por un mexicano". Don Alfonso se ríe, siempre se ríe.
Y ahora abriendo sus libros preguntémosle al Gran Abuelo:
. ¿ Qué es la muerte, Don Alfonso?
A.R. "La muerte no es fin de nuestra esencia;/ la muerte, al devolvernos a la escoria,/ azuza el ave de la Eterna Gloria".
. José Bergamín escribió: "Reyes... simpático adivino de los mágicos, misteriosos designios de la Poesía" y cuenta que un día le preguntó ¿Qué es el hombre?
A.R. " El hombre es el fantasma del tiempo".
. ¿Cuál es el secreto de la sabiduría?
A.R. "La Indiferencia".
. ¿Qué es lo prohibido?
A.R. "Lo único que debemos vedarnos es el desperdicio, la bajeza y la suciedad".
. Reyes, es como su Ifigenia, inmortal poesía, "una pausa en los destinos, donde brinca la fuente de la libertad", ¿para qué escribir?
A.R. "¡Escribir es como la respiración de mi alma, la válvula de mi moral!"
¿Qué es lo que le duele más?
A.R. "¡Malhaya el que cierra sus puertas cuando alguien, afuera, llora o ríe! ¡Malhaya el que pueda vivir contento o cómodo siquiera, cuando al lado sufren los suyos".
: ¿Por qué vagó gitano, por el mundo?
A.R. "Todo amor es goloso. Un apetito arrastra a otro, nos vamos encariñando con la idea de vivir en todas partes y en ninguna, algo a vuelo de pájaro, y un poco sobre las crestas movedizas del tiempo".
. Qué es la melancolía
"¡Si bien se mira, viene a ser –nada más– un dolor gustoso!".
. Ahora que conversa con los centauros y con los arcángeles ¿Qué es Dios?
A.R. "Dios es la síntesis del amor y la muerte... El agnosticismo es una mentira que uno se dice a sí mismo con mayor o menor conciencia... Nos repugna confesarnos hijos del misterio... Yo he sentido a mi lado esa clara sombra".
. Navegando por el olímpico bosque de sus metáforas, preclaro pensador de América, ¿de qué lado está?
A.R. "Mi corazón está del lado del que inventa una nueva costumbre".
. Es sabido por todos, que usted fue un gran gourmet, lo leemos en su obra Memorias de Cocina y bodega. ¿Cuál fue, después de todos los manjares que probó en vida, su platillo predilecto?
A.R. " Indudablemente ¡Los huevos rancheros!"
. ¿Qué suplicó en vida?
A.R. "Yo clamaba porque se reconocieran los derechos a la locura".
. Regálenos un tip
A.R. “El verdadero secreto de la cultura es la continuidad”.
No nos abandones nunca espíritu tutelar, abuelo nuestro del castellano.

[Antonia Pérez Garcí­a]

Amiga, hermana poeta...seas bienvenida , es un honor para nosotros
tenerte en nuestras páginas.
Marina , he quedado maravillada con parte de la historia de ALFONSO REYES,
¡qué pedazo de historia, cómo tambien es venerado el poncho Argentino,
emblema de luchas por las libertades. Qué dicha es tener el conocimiento de
un lugar de esa magnitud, del que yo ni siquiera habia oido hablar nunca.

"LA MUERTE NO ES FIN DE NUESTRA ESENCIA;
LA MUERTE , AL DEVOLVERNOS A LA ESCORIA,
AZUZA EL AVE DE LA ETERNA GLORIA."
¡Qué gran sabiduria!...hermana...¡qué reflexiones!...
¡Ojalá nos sigas informando sobre esta parte de la historia que no conozco!...

"ESCRIBIR ES COMO LA RESPIRACIÓN DE MI ALMA ,
LA VALVULA DE MI MORAL ."

Mil gracias Marina...y recibe un fuerte beso de Antonia
Santander España.

[Liliana Aiello]

Bienvenida mi querida amiga... nos entusiasmaste con esta historia y nos gustaría que siguieras postenado tan interesantes prosas.
Te doy la más cálida bienvenida y espero que te sientas a gusto en esta casa. Mis cariñossssssssssssssssss




LILI

[Esther Luscinda Melcón]

Es hermosísimo este relato que haces Marina sobre este
sin par personaje de la historia de México. Fué una vida rica,
llena de matices, de esa filosofía que en él era innata.
Ciertamente estaba abierto a todos los vientos y caminaba
por el mundo con la valentía de su saber hacer.
Señor de las letras que llegaban directas en su diana al corazón.
Su carisma era irrepetible. Tu Marina haces una muy buena semblanza
de este personaje. Lo magnificas porque es magno...
Mis felicitaciones y sé bienvenida a estos foros que te acogen
con ilusión y cariño. Besos Esther Luscinda