DRUNA LO SABÍA...

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A. Elisa Lattke V.
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DRUNA LO SABÍA...

Mensaje por A. Elisa Lattke V. »

DRUNA LO SABÍA...

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(® Dibujo a lápiz por: A. Elisa Lattke )
Siento no poner el rostro de Duna hecho por mí a lápiz

Todo parecía presagiar un cambio en la vida de Druna, mujer joven bordeando el otoño
de su vida. Las cosas no habían salido como ella deseaba. La vida no había sido lo
suficientemente generosa como para sentirse feliz, y, el tiempo iba marcando su rostro
con sus huellas de ineludible reproche, marcas de sus experiencias amorosas y de sus
años sostenidos al borde de ese abismo llamado Amor, donde aún seguía perdida sin
encontrarlo.

Todo parecía inútil y nada para ella había sido perfecto o agradable, salvo esa pasión
desenfrenada a la que se había entregado, desde que conociera al único ser que había
podido rescatarla de la muerte espiritual. Su rostro era aún bello pero en él se marcaba
la tristeza y dejaba ver un rictus de amargura que, incluso, realzaba la expresión
haciéndola muy interesante y atractiva, desde donde miraban sus almendrados y tristes
ojos azules.

Su atribulada alma no sabía dónde estaba, cómo llevársela si su sitio estaba allí. Así que
decidió irse sin ella, dejarla para siempre. Necesitaba encontrarse a sí misma, ya no
aguantaba la vida ni a su pareja. Todo parecía acabado, saldado y pagado a un precio
muy alto: su tiempo, su vida y hasta su alma. No, no quería llorar, ya había llorado demasiado y, además, se iba de viaje, era invierno y no era lo más oportuno llevar unas gafas oscuras delante de su rostro.

Recogió todo lo que quedaba de su vida con cuidado y lo guardó en el maletín azul.
Cada vez que encontraba algo que había dejado de ver por algún tiempo, lo observaba
intensamente y procuraba sentirse segura, si era importante para depositarlo en el maletín. Necesitaba dejarse llevar por los recuerdos, al fin y al cabo eran los últimos a
los que podría dar un somero repaso. Con gran cuidado recogía cada cosa que creía
conveniente llevarse: ropas, calzado, fotografías... Era como un rito que la transportaba a otro mundo, todo tenía un significado diferente pero resumía su propia forma de vivir y pensar . ¿Pero cómo llevarse su alma? Cómo, si se quedaba allí y ella no quería llevársela, sentía que estaba desprendida, arrancada, alejada por completo de su
cuerpo; y hasta sus cuadernos de poemas y demás libros recibían el mismo
tratamiento; los llevaba hasta su pecho y cerraba sus ojos intentando pensar en lo que
habían significado en cada momento. Cada uno era un mundo diferente, un instante de
amor, ilusión o gran pena… Uno a uno los acomodaba con mimo de forma
parsimoniosa y de vez en cuando miraba el reloj, el que había depositado la noche
anterior en la mesita próxima a su cama. Por fin decidió recogerlo y ponérselo, lo
mantuvo un rato en una de sus manos mientras acariciaba sus cabellos con la otra, y
mirando la marcha del segundero se quedo con la mirada fija en el mismo; allí estaba el nombre de él, en el fondo de la esfera. Alrededor de ésta y junto al suyo, y cada vez que quería ver las horas, su nombre le recordaba a quién pertenecía…
No, definitivamente tampoco se lo llevaría, se quedaría allí mismo con su último
poema, el que había hecho para el día de San Valentín y lo había entregado con un beso
y una promesa de amor ineludible.

Ya casi tenía todo dispuesto, miró los billetes de avión constatando las horas y el
tiempo que le quedaba. Preparó los zapatos de tacón bajo, los más cómodos para el
largo viaje. Buscó y comprobó en su bolso de mano todo lo que era imprescindible. Miró la foto de Armando sobre la mesita de noche y, por un momento, dudó acerca de si
guardarla también en su escaso equipaje; pero no, Armando se quedaría allí como la
mayoría de todos sus recuerdos, el reloj y hasta su propia alma.

Faltaban dos horas para salir hacia el aeropuerto y decidió dar un paseo por los
alrededores, necesitaba ver por última vez esas calles de su barrio, tantas veces
transitadas con Armando en uno de esos paseos vespertinos. Ya en ellas, se dejó caer
sobre un banco de un pequeño jardín. Allí mismo lo había conocido, se arrepintió de
haber decidido despedirse de sus propias huellas andando sobre ellas de forma inversa.
¡Él, tan zalamero, inefable, inolvidable, con ese sentido del humor que tanto le gustaba
y su forma de ser y hacer, tan fogoso, tan buen amante!... ¡Dios, qué pensaba en esos
momentos, cómo irse sin decir nada, cómo romper su vida por un instante de celos!
No podía substraerse a la realidad que la envolvía y parecía que ese banco donde estaba
sentada era mágico… No tenía fuerzas ni para levantarse. ¡Qué forma de seducirla la
primera vez y llevársela tan rápido en cuerpo... y alma! Suspiró profundamente cerrando los ojos y tan pronto como su gesto traducía sentimientos imborrables y sus lágrimas eran imposibles de controlar, sintió que alguien estaba a su lado y depositaba un beso sobre sus labios. Abrió los ojos porque ese aroma que la inundaba de suavidades mágicas era ya conocido. No pudo decir “no”.
Ella lo sabía. Armando estaba allí, junto a ella, con un enorme ramo de rosas rojas, su mirada, y sus besos... Así que el único viaje que haría sería el de siempre, dejando que abarcara todo su cuerpo con sus brazos para rescatar de nuevo su alma; ellos eran su verdadero destino, hogar de sus sueños, parada y fonda de su corazón.

® A. Elisa Lattke Valencia
Abril--06
_________________
"*Un mañana deseado, es sólo un hoy que aún no termina de hacerse realidad.* (Elisa-06)

_________________
Los ojos de la noche buscan las pupilas al alba, sólo así saben que se han iluminado de otro amanecer. (Ranita-05)
*Tengo sed... y filtro mis palabras para bebérmelas en silencio.(AlattkeVa)

Miembro de CiÑE (Círculo independiente Ñ de escritores, http://www.circuloindependiente.net)

Antonia Pérez Garcí­a
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A ELISA LATTKE V Y..SU RANITA

Mensaje por Antonia Pérez Garcí­a »

:) Elisa...encanto, DRUNA y el otoño en su piel , el sinsabor
de las dudas y esquirlas de tristeza invaden su terreno...
pero DRUNA al fí­n todos los días lo mismo (sopa)
Me encanto tu narrativa, un besote de Antonia. :lol: :wink:
Un poema... ¡ Que mágica manera de decir que estoy presente !

http://webs.ono.com/antoniapgc

A. Elisa Lattke V.
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Re: A ELISA LATTKE V Y..SU RANITA

Mensaje por A. Elisa Lattke V. »

Antonia Pérez García escribió::) Elisa...encanto, DRUNA y el otoño en su piel , el sinsabor
de las dudas y esquirlas de tristeza invaden su terreno...
pero DRUNA al fín todos los dí­as lo mismo (sopa)
Me encanto tu narrativa, un besote de Antonia. :lol: :wink:
Gracias amiga. Gracias. pasaba para ver si Sabemos todos de Olga.

No contesta al teléfono. Pero intuyo que está mejorando, nos hace mucha falta.

Un abrazo. Elisa
*Tengo sed... y filtro mis palabras para bebérmelas en silencio.(AlattkeVa)

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ERNESTO WÜRTH
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Mensaje por ERNESTO WÜRTH »


LIEBE ELISA, LEERTE QUERIDA AMIGA ES UN AGRADABLE MOMENTO
EN EL CUAL SE GOZA CON TUS IMÁGENES, OFRECES TRANQUILIDAD.
KÜSSES ERNESTO
Me agradaría mucho poder entrar a este foro.
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