Como caballero andante
emulando a Don Quijote,
cabalgando voy al trote
a lomos de un rocinante.
Si enarbolando punzante
como lanza justiciera,
mi pluma parece fiera
defensora del poema,
no hay cuidado, nadie tema,
si con ella me excediera.
Me acompaña mi escudero,
fiel amigo, mi buen Sancho,
que aunque más corto que ancho,
vale más por ser sincero,
pues sin nacer caballero,
su valía y su bravura,
es de la casta más pura
que gentil hombre conoce,
aunque comiendo destroce,
su apetito por hartura.
Soy hidalgo caballero
de mi amada dulcinea,
y entre mis sueños planea
la doncella que yo quiero.
Y aunque soy magro y austero,
a ella, esposar yo pretendo
es por ello que la ofrendo,
mi tiempo y dedicación
a mas de gran devoción,
y este amor que está creciendo
Don Roberto, ha sido un placer leer las travesuras de DOn Quijote y su fiel
amigo...ya casi me había olvidado de como me obligaban a leerlo ,era como
rezar el rosario todos los días. Gracias por compartirlo.
Un saludo.
María.
María de león escribió:Don Roberto, ha sido un placer leer las travesuras de DOn Quijote y su fiel
amigo...ya casi me había olvidado de como me obligaban a leerlo ,era como
rezar el rosario todos los días. Gracias por compartirlo.
Un saludo.
María.
Para mí esa gran obra maestra de la literatura no fue una obligación mi estimada amiga, ni no todo lo contrario y me enorgullezco al decir que a los doce años ya lo había leído.
Gracias por pasar y dejar la huella de tus cálidos comentarios.