Velo en las noches serenas
porque no logro dormir.
¿Qué me sucede? Lo ignoro.
Quizás cercano esté el fin.
Será mi torcido cuello,
serán sueños o habrá mil
motivos que me despiertan,
que se apoderan de mí
impidiéndome el descanso
reparador y feliz.
Luego me duermo, en la tarde,
cuando más alumbra el Sol.
No puede mi viejo cuerpo
soportar tanto calor.
Será normal a mis años,
no voy a decir que no,
puede ser que de esta forma
hable en las noches con Dios.
Veremos qué de estas charlas
se desprende: Su perdón
o si me llama al Infierno
Satanás con ronca voz.
La gloria es del que la busca; la suerte de quien la encuentra.
No se aflija señor, si es que no puede dormir,
los años y los problemas son seguro servidor,
nada hay tan inseguro como no poderse dormir,
las vueltas y las revueltas solo la almohada
las va a redimir, junto a una pastilla para dormir.
Excelente romance.
Un abrazo.
Antonia.
Un poema... ¡ Que mágica manera de decir que estoy presente !
Será que no tengo la conciencia tranquila, por lo pecador que he sido.
O que una mala digestión la tiene cualquiera.
Pero ya llevo unos días durmiendo como un tronco.
Muchas gracias y muchos besos, querida Antonia.
Francisco
La gloria es del que la busca; la suerte de quien la encuentra.
Hay días que cuesta mucho conciliar elsueño
los pensamientos son como la varisela
pican y pican y no dejan dormir.
Desde aquí le canto una nana.
Un saludo afectuoso desde Argentina.
María Inés.
No crea que no me gustaría...
Pero ya soy un poco mayor para que me las canten, creo. En todo caso, para cantarlas yo.
Muchas gracias por su tiempo y muchos besos, amiga Inés.
Francisco
La gloria es del que la busca; la suerte de quien la encuentra.