Nimbar quiero tu cuerpo de orquí­dea silenciosa

[cesarlucil]

A Karen

Nimbar quiero tu cuerpo de orquídea silenciosa
con la luz sonrosada que anuncia la mañana
y así beberte fresca, como pupila de agua
temblando entre las hojas del cafeto dormido.

Desde mis ventanales veré como se encienden
los trinos de las aves, ensayando plegarias
de cristales celestes, remolinos de sueños
que en tus manos de diosa se volverán milagros.

Con el cincel del beso golpearé sobre el mármol
de la agreste alborada para esculpir en ella
el pulsar de tu rostro sobre el nuevo horizonte,
que su dibujo empieza con dos cielos que se unen.

Soy naviero de versos dejados en la orilla
de tu espiga plateada, capitán de luceros
en plena madrugada, que se van despidiendo
del piélago nocturno para trocarse en rosas.

Soy visor del reflejo que anuncia la mañana
porque con él me llegan la ternura del cisne
y la extensa sonrisa de unos labios sin dueño,
temblando entre las hojas nimbadas de tu cuerpo.

Iris de los diamantes, corazón de las perlas,
refugio del secreto que mi palabra esconde,
mi atalaya no cesa de repetir tu nombre
porque el rosal del viento la ha de llevar al Este.

[Esther Luscinda Melcón]

césar, todo eso si, lo eres para cantar a tu diosa,
ero también un gran poeta del alejandrino
que tanto me gusta versar también a mi...
Un abrazo poeta salvadoreño
Estherluscinda

[Antonia Pérez Garcí­a]

Estimado poeta Cesarlucil...¡Qué delicia, qué elegancia
e imaginación despliegas en este poema!... lo has pintado.
Un abrazo hermano de Antonia.