(Evocación)
Caracolillo, qué afán té llevas
por los caminos con tantas piedras.
Caracolillo, siempre me asombras
cuando te veo entre las sombras.
¡Caracolillo! ¿Dinos a dónde vas?
Sales de noche con la fresquita
con paso lento vas a tu cita;
caminas poco, caminas largo,
subes pendientes y bajas raudo.
¿Caracolillo mío, dinos a dónde vas?
Y un jilguero de canto alegre
cuenta que subes a largos tallos,
que allí te quedas como embobado,
dejando huellas en muchos cardos.
Dice cantando que tus antenas
miran la luna...
Y que al bajar... se te oye casi llorar.
¿Enamorado, acaso estás?
¿No te hacen daño sus espinitas?
y no te pican cuerpo y ojillos?
-Es que los cardos son espinosos,
quizá¡ no tanto como el amor.
Me ha dicho un niño muy indiscreto
que vas de incognito y tapadillo...
Que en tus andares dejas tus babas,
dejando huellas por muchos sitios.
Y que, ¿por qué sales con la humedad?
Y muy sabelotodo voy y le digo:
Que tus huellas estando secas
son tu semáforo en la oscuridad,
marcas fulgentes donde riela la blanca luz;
huellas con brillo, rastros babosos,
más bien mocosos y pegajosos, gelatinosos,
algo aceitosos y hasta asquerosos
que si los vemos brillan de luz.
¡Así eres tú, niño, déjame en paz!
¿Caracolillo a dónde vas?
Y el indiscreto niño del verso
va y me contesta muy sonriente:
No hables a ése que ya es otro,
el que tú dices no vive ya,
Iba tan lento y yo con prisa,
¡No se hizo a un lado el asqueroso...
puse el zapato... y cataplaz!
Lo siento...
¡Tu caracolillo, bien muerto está!
***
RanitAzul
Feb. 2005
(Esta historia es real de mi niñez y al niño de marras le costó una pedrada en el cogote, afiné tanto la puntería con mi cauchera o tirachinas, que si le veía por más lejos estuviese no se libraba de ser mi diana y mi padre de pagarle con una gallina viva a su madre mis travesuras, pero al niño asqueroso le dejé bien señalada la cabeza.)
¡Hola elisita y ranita...qué preciosidad de cuento,de éste
comes caracolillos!!! ¿No hay emoticonos que lloren abriendo la boca y pataleen?
