Con las mismas manos que escribo,
sin la tinta que tiñe el papel,
con las yemas de los dedos recorro tu cuerpo,
y te pienso muchacha de Abril;
también subo escaleras de nostalgias
y bajo rodando soñando por tu almohada,
giran calesitas que me recuerdan Paris,
y vuelan gardenias cantando campanarios,
¿qué haría sin la bohemia enganchada a mis pies?
Saltarían los pasos de tangos, gritaría un vals,
te llenaría de rosas rojas casi negras
y nuestro zorzal disfrazado de ángel,
cantaría una trombosis de gorjeos sin parar.
Parafernálica paranoia de un sueño astral.