Muchas gracias, querida Antonia.
Acabo de ver su comentario y me apresuro en responderle.
Le agradezco mucho su tiempo, estimada amiga.
Muchísimos besos.
Francisco
La gloria es del que la busca; la suerte de quien la encuentra.
Yo ya tengo el amor que necesito, estimada amiga. No preciso de sucedáneos.
Lo que sucede es que los hombres somos tan burros que nos ponemos detrás del carro en vez de arrastrarlo.
Buscamos carne de pescuezo teniendo solomillo en casa.
Muchas gracias por su tiempo y por sus palabras.
Besos.
Francisco
La gloria es del que la busca; la suerte de quien la encuentra.