y es justo que así lo sean,
que aunque bailé con hermosas
fue al final con la más fea.
Si me quejo de mi suerte
motivadas son mis quejas,
aunque a veces fui culpable
por tener mala cabeza.
Pero en temas de salud
no pienso que culpa tenga:
Si todo vino de golpe
será que Dios lo quisiera.
¿Castigo por mis pecados?
¡Se excedió en la penitencia!
No pienso fuesen tan graves
para sanción tan tremenda,
aunque es inútil discuta
lo justo de Su sentencia.
A morir le tengo el miedo
que todos tenerlo puedan,
pero el dolor sí me asusta.
Me causa temor de veras.
Los asuntos familiares…
Dejemos al lado el tema.
Me equivoqué en el pasado,
lógico es sufrir las penas.
Transcurrió mi juventud
entre alegrías y juergas.
Es natural que hoy lo pague,
por mucho que pagar duela.
Lo que me incordia del caso
es que no fui un sinvergüenza
como tantos que ahora abundan
y que no cumplen condenas.
Pequé sí, mas por amores,
no robando a las abuelas.
A quien tal hizo castigue,
si es que hay Dios, con exigencia.
Pues si a mí, por amar sólo,
los dolores me laceran
ellos que hoy purguen sus robos.
¡Nada de en la vida eterna!