LA LOCA CARRERA DEL AGUA.
Cuantas cosas van quedando en el camino,
apiladas una sobre otras, formando castillos
de arena, tan burdos, borrados con un soplo
de viento surgido del no sé adónde;
después el silencio escarbando mi oreja
hurgando mis dedos sedientos de colores
para esparcir en esa tela vacía tan blanca
que un día me dejaste para llenarla de amores;
ah el vacío de las tardes, el sonido de un pájaro
el quejido del alma sedienta de tu lumbre,
ese rasgar del cello imitando mi pena
copiando el silencio de tu ausente mirada;
¿adonde te fuiste amada del sino que pena mi alma?
Recuerdo tu voz unida la mía
en loca carrera tras la nada que acecha de lejos,
¿Qué será de nos cuando todo se apague?,
Mientras, escuchábamos gemir el agua que corría
y corría, en loca carrera hasta el mar eterno.
Y nunca supimos, nunca, adónde iríamos los dos…