Dime si piensas venir...

[Francisco Escobar Bravo]

Dime si piensas venir,
porque te estoy esperando;
que tengo yo para ti
de amores un lecho blando.

En él, si quieres dormir
dormirás no sé hasta cuándo;
pues todo toca a su fin,
todo empieza y va acabando.

Comienza el hombre a existir
y al nacer nace llorando.
Intuye que vino aquí­
para sufrir de otro el mando.

Pues muy duro es el vivir
todo el tiempo trabajando.
Siempre al albur, siempre así­,
los años se van pasando.

Igual le ocurre al amor:
Llega sin pedir permiso.
Luego, la eterna canción:
Se marcha sin previo aviso.

Le damos mucho valor,
para luego caso omiso
hacer a quien nos amó
y olvidarle si es preciso.

Nace con tremendo ardor
de repente, de improviso;
y un dí­a va y se acabó,
porque un capricho lo quiso.

Así­ que vuelvo a decir
que aquí­ te estoy aguardando.
Junto a mí­ serás feliz.
¡Mira que ya estás tardando!

Lo que dure, durará
Un dí­a o una semana.
Toda una vida quizás.
Eso lo vemos mañana.

Que eterno nunca será,
como nada hay en la vida;
se quiere en su comenzar,
pero muy pronto se olvida.

Es el destino del hombre
y lo sabes de memoria.
No creo que ya te asombres,
pues siempre es la misma historia:

Te enamoras un buen dí­a
y se piensa ya tu mente
que ese amor en que confí­as
existirá eternamente.

Que todo será alegrí­a
y que siempre, complaciente,
has de amar. Pero se enfrían
tus ardores de repente.

¡Misterio de la existencia,
difí­cil de resolver!
Son así­ las conveniencias
entre varón y mujer.

[Antonia Pérez Garcí­a]

Don Paco, verdades dicen sus versos, verdades que son de vida
cuando de amores se trata, la mente se nos nuvila y la lluvia
quien arremete, pero al final nada nos queda.
Un saludito de Antonia.

[Francisco Escobar Bravo]

Estimada Antonia, otro final más realista y jocoso le darí­a yo a ese romancillo que ha escrito y que sirve de comentario.
Pero mejor lo dejo a la imaginación de quienes puedan leerlo.
Gracias por su presencia en mis versos, amiga.
Besos.
Paco

[Denn]

Dime si piensas venir,
porque te estoy esperando;
que tengo yo para ti
de amores un lecho blando.

En él, si quieres dormir
dormirás no sé hasta cuándo;
pues todo toca a su fin,
todo empieza y va acabando.

Comienza el hombre a existir
y al nacer nace llorando.
Intuye que vino aquí­
para sufrir de otro el mando.

Pues muy duro es el vivir
todo el tiempo trabajando.
Siempre al albur, siempre así­,
los años se van pasando.

Igual le ocurre al amor:
Llega sin pedir permiso.
Luego, la eterna canción:
Se marcha sin previo aviso.

Le damos mucho valor,
para luego caso omiso
hacer a quien nos amó
y olvidarle si es preciso.

Nace con tremendo ardor
de repente, de improviso;
y un dí­a va y se acabó,
porque un capricho lo quiso.

Así­ que vuelvo a decir
que aquí­ te estoy aguardando.
Junto a mí­ serás feliz.
¡Mira que ya estás tardando!

Lo que dure, durará.
Un dí­a o una semana.
Toda una vida quizás.
Eso lo vemos mañana.

Que eterno nunca será,
como nada hay en la vida;
se quiere en su comenzar,
pero muy pronto se olvida.

Es el destino del hombre
y lo sabes de memoria.
No creo que ya te asombres,
pues siempre es la misma historia:

Te enamoras un buen dí­a
y se piensa ya tu mente
que ese amor en que confí­as
existirá eternamente.

Que todo será alegrí­a
y que siempre, complaciente,
has de amar. Pero se enfrí­an
tus ardores de repente.

¡Misterio de la existencia,
difí­cil de resolver!
Son así­ las conveniencias
entre varón y mujer.

Realmente te felicito. He leí­do varios de tus sonetos (que confieso es lo que más me atrae), aunque es un terreno hí­per difí­cil para mi dado que recién comienzo a transitar este mundo.
Quise comentarte este poema porque me abruma tu manera tan simple de decir y poder armar estrofas rimadas con tanta facilidad, realmente es admirable, un estilo nada rebuscado ni forzado en ninguna estrofa, manteniendo el ritmo y la idea sin alteración y de principio a fin. Un verdadero gusto para mi haberte leí­do, te dejo un abrazo.

[Francisco Escobar Bravo]

Muchí­simas gracias, Denn.
Sí­, realmente, muchos han pretendido encasillarme como sonetista cuando donde más a gusto me encuentro y creo que he escrito mis mejores obras ha sido en la forma de romance o romancillo.
En verdad este poema no es ninguna de las dos cosas, ya que los versos impares riman en asonante y los pares en consonante. Pero también creo que he conseguido con él una melodí­a bastante armónica.
Si es así­ y te ha agradado me doy por muy satisfecho.
¡Muchas gracias y saludos cordiales desde Madrid.
Paco