esparcidas en mi tristeza;
bastaron
para rebalsar agua en mi playa;
solo dos gotas,
tu tristeza y la mía.
a menudo dos gotas hacen océanos,
dos gotas son también amaneceres
dos árboles inician un bosque,
dos manos una caricia,
dos, son razón de amores, dos
son palabras mayores, dos campanarios cantan
sones del alma vuelan, brillantes
remueven mis dedos cual péndulos, horadan,
la raiz de un roble inmenso, que cae, tenso,
una ola azota la roca,
las hormigas en fila. miran libélulas,
me quejo ¿será el alma que duele?
.no...., me dices, el alma no duele;
mi gajo de naranja dulce, me duele, lo exprimo
cual beso anaranjado, en dos gotas de rocío miran
su espejo con alma de niño mimando su amorío,
camino imaginando un espejo inexistente,
me resbalo en tus gotas de agua inexistentes
pero luego existo adentro del alma tuya
y me revuelco en la parodia inexistente,
es mi alma que flota en tus dos gotas de agua.
y luego que sufro, que peno, me desahogo
porque nada es cierto, es solo un sueño,
idear tu aquí inexistente,
cuando despierto el día inexistente,
de la vida existencial que se marchó lejos
y los dos nos olvidamos de este sueño inexistente.
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