Los hay que afirman
que mis versos se han deshidratado;
es fácil que al colágeno de mis palabras
les haga falta el agua que proporciona el río;
no me resulta raro, es cuestión de buscar
cómo reavivar la piel de ellos
para obtener un cutis sin las rimas,
labios con rojo rouge y con muchos abrazos
fogosos, de ésta forma
convertiremos ese rojo fuego
en las pasiones diarias que a veces ocultamos,
por temor de ser muy adictos
al te quiero y los locos aprietes que conllevan.
Mas la vida es hermosa,
de ella nos llenamos;
no debemos dejar para mañana
lo que sí hoy podemos.
Sería muy jocoso asegurar que ayer
sí pudimos amar a plenilunio
y qué lástima hoy, con el olvido,
dejamos de alcanzar todo lo hermoso.
Moraleja: No dejes para después lo de ayer,
No eludas hoy y recordando el antes,
porque ayer ya te será demasiado tarde,
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