salta y la cola menea,
la alza en su trasera roja
casi tan gruesa como ella.
Nueces, avellanas roe,
tiene enhiestas las orejas.
Yo la quiero acariciar
pero corre y no se deja.
Es tan graciosa y tan lista
esta ardillita traviesa,
que hace acopio de comida
y a su agujero la lleva
para comerla en invierno,
pues por ese tiempo nieva
y no hay frutos por el bosque,
los que guardó, los encuentra
y a la boca con sus manos
habilmente los acerca.
nueces casca con sus dientes
y con ellas se alimenta...
Mientras come no está quieta...
![Imagen](http://arteycultura.serveftp.com/imagen/Esther/1.jpg)
Esther Luscinda. Santander