CUANDO ESOS VERSOS TAN SUBLIMES
los adentro en mis nubes de espumas blancas,
cerrada cada puerta como trigal solitario,
como herida de ocultos sentimientos,
como espacio que nunca sabe de horizontes,
ni de nieblas,
ni de atardeceres heridos,
los guardo en mis recónditos silencios.
Sé yo, que allí, en mis horas veladas,
serán ungüento de brisas azules
como alamedas sin tiempos ni dolores.
Recogeré cada uno de ellos
como si fuera mío, como si fuera
el sueño ya descrito y amanecido
que quisiera enseñar,
que quisiera cantar,
que quisiera adornar con horas entrelazadas.
Descubiertos en su fragilidad abundante
no los enseñaré a nadie
para que nadie vea el ritmo de su cauce,
espejo de su agua transparente,
singular sin fin de sus lunas limpias
como las noches de siempre.
¡Ah, cómo desearé estar a su lado!
Seré como el granado lirio que empuña su olor blanco,
fortaleza de viento extranjero
que arrulle siempre su canción dormida.
Cuando esos versos tan sublimes
Moderador: Julian Lopez
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