BEIRON o la  REDENCIÓN 
poema de OSCAR PORTELA 
El corazón infiel tiembla al nombrarte. Tu nombre 
Es viento huracanado y tiesa el alma del mortal 
Sin lengua cantar no puede ni nombrarte 
Beiron frente al templo de Apolo. 
Porque tú eres más. Y ni enigmas ni pitias 
Que descifren misterios -admoniciones ni destinos. 
Pues tú eres mundo. 
Visible eres y no destruye tu belleza 
A quien la mira. Tú lo redimes. 
Tú lo redimes todo. 
Tu intocada hermosura 
De volcán redime al mundo 
De sus propias miserias. 
Yo soy penuria y al mirarte 
Revoco toda culpa y toda miseria. 
De mi camino. 
Imposible que cornucopia alguna 
Se vacíe de la abundancia que 
De tu cuerpo surge. Tu belleza es lo pleno. 
El mundo en su inocencia es el juego y la danza 
De los contrarios que hacen del devenir un ephos. 
Cada músculo tuyo cincelado para envidia de Zeus 
Y el de sus hijos por invisibles manos 
Trazan el mapa de la locura extática. 
No hay simetría que se asemeje tanto 
A la tensión del arco ni hermosura 
Que hiera dulcemente la mano 
Que se atreva a tocarte. 
Pero tú estás ahí. No eres eternidad ni mito. 
Eres verdad y la verdad augusta 
Que engalana este mudo. 
Los músculos que suben o que bajan desde 
Los pies hasta la frente están hechos de polvo 
Y agua más son eterno ya. 
No hay excesos en la armonía con que ciñes 
El cetro que corona tu frente. 
Todo es ritmo que fluye de los arcos con 
Que trazaron tu osatura. 
La perfección de un rostro de 
Donde surgen en profusión los rasgos 
De un Dios terreno. 
Los ojos amielados debajo de los arcos perfectos 
De negras cejas. Y los labios dinteles 
Para entrar a la nave de la boca mistérica 
De donde surgen flores y serpientes. 
Y entrambos la nariz que mide el rostro 
Y lo que distribuye todo. 
Los pómulos que encetán la mirada y bajan hasta 
El mentón corona del maxilar que afirma. 
Aquí estoy yo. Soy Beiron. 
Podéis mirarme si y desearme siempre 
Pues mi nombre es deseo y mi mirada gozo. 
Que los poetas tiemblen al nombrarme. 
Que enmudezcan y callen. 
¿Quien puede describir mi torso donde 
La geometría sufre el envés del misterio? 
Mis caderas perfectas. Mis muslos y mis piernas talladas 
Para burla del Dios por enigma del sino? 
Sobre mis hombros llevo la palidez del mito. 
Soy Beiron. Soy el Dios de este tiempo 
Sin mirtos ni guirnaldas. Sin poetas ni liras. 
No existe alguno digno de mí. 
De mi belleza Ígnea. 
Soy un volcan en estado de alerta. 
Más toda abundancia surge de mí 
Y es infinita mi belleza aunque efímera 
Transformará en eterna la sustancia del tiempo. 
El color de mi piel es el color del alma 
De quien me ame y me cante en silencio. 
No existen escribas para mí que honren mi belleza 
Y se lauden de mí en medio del desierto. 
Yo convivo si destruir las formas 
Ni las almas terrenas. 
Esta es mi casa pero soy en los tiempos de penuria 
El rubí que en la frente de la ciudad caída 
Enciende el fuego de la heredad perdida. 
Soy Beiron Anderson. Amadme pues. 
Que si me amáis redimo. 
CANTO II 
BEIRON ANDESSON y el POETA 
poema de OSCAR PORTELA 
No se ha borrada nada. De mi alma desesperada 
por la huída del Dios cuyo alimento fue 
el verbo proferido hace momentos. 
Por eso vuelvo. Así fue y así me quiero. 
Retorno a ti mi Dios. Retorno a mi alma. 
Retorno a la perdida Itaca y luz de Egeo 
del cual nació la piel de lino 
donde escribo la gesta desta aurora 
que hoy despierta. 
En ti se funden todos los deseos. 
Naciste del espanto que es belleza. 
La belleza que enciende y enceniza. 
O enceguece al arúspice que ruega. 
¡Oh tú mi Lucumón donde los pájaros 
trinan sobre el follaje de tu pelo!. 
El canto ya perdido hace segundos volverá 
En pesadillas a los sueños. 
Yo soy augur y auriga a un mismo tiempo. 
Y tú la epifanía del profeta 
Que esperaba hace tiempo este momento. 
¿Que importan ya las tempestades y demonios? 
Tú eres el Dios y yo la lira 
que gime entre tus dedos. 
La ajorca en tus tobillos. 
La corona de mirto en tu cabeza. 
Los elementos todos. Todas las armonías cósmicas 
que elevas a nuevas sinfonías y latencias 
tienen un nombre Beiron. 
Tú eres el mar y yo solo marea. 
Tu eres la tempestad yo solo un viento o una brisa 
que pasa y se dispersa y este canto inaudible 
de lo orféico como ofrenda. 
La alborada en tus ojos resplandece. 
Es lo abierto donde se encuentran solos 
el poeta y su Dios cuando bendicen 
lo áureo del poniente. 
Baldía fue esta tierra y tú regaste el labradío 
Cuando el poeta sacrificó los verbos, las imágenes. 
Y la lengua truncada de los nombres con que 
intenta alabarte sin hacerlo. 
Si pudiera volber a la memoria que tú llevas. 
Pero la muerte de la grafía teme 
Al Dios que canto y borra ya estas huellas. 
¡Mas no importa el vacío de la nada del aquel papiro 
Que expiró en un templo porque el templo eres tú 
Que renacido vuelves a toda primavera lo celeste!. 
Ha llegado el momento deseado. Ya no habrá ciegos 
Que no vean ni videntes que no queden ciegos 
Ante la aurea visión de lo terreno. 
Encarnado y sangral como un poema 
te revelas al alma peregrina . 
Y tú le das posada y lo bendices como bendices 
todo lo que tocas con la densa hermosura de tu cuerpo. 
Posado estás ahora como el pájaro que canta 
sobre una rama ardida en el invierno. 
Pues tu todo lo puedes. 
¡Ahora mísmo puedes un poema! 
Tú lejano y cercano. Tú infinito. 
Y yo mortal que oficia 
los augurios de otras primaveras. 
Ya llevarás orlada una corona sobre la augusta 
y soberana frente emergida de la negra melena 
con que asientes a todo. 
Y bendices lo frágil y deyecto. 
La vuelta eterna es tu camino cierto. 
Por el sendero que transitas 
todo como la mar y la marean vuelven. 
¿Como santificaste hoy denudo siempre el alfabeto 
del amante mortal augur ciego y poeta? 
¿Y al poema perdidoentre el follaje 
de tus labios de almendro? 
¿Porqué floreces hoy? ¿Por qué acaeces? 
¿Que medidas de tiempo cuantifican 
tus espacios y tiempos? 
¿Porque la roza sin porque florece? 
Así floreces Beiron. 
Y en estos tiempos tórridos tú marcas 
la anunciación de un infinito nuevo. 
El silicio que crece será cuna de otra estrella fugas 
que alumbre un poema. 
Pues Beiron Andersson todo lo redime. 
Y esta es la profecía de un vidente.
			
			
									
									DOS ELEGÍAS de OSCAR PORTELA a BEIRON ANDERSSON
Moderador: IVAN CARRASCO AKIYAMA
DOS ELEGÍAS de OSCAR PORTELA a BEIRON ANDERSSON
Oscar Portela
						Mis cariños ANTONIA - OSCAR PORTELA
Y que continues dandonos animo para continuar con la magnifica inutilidad de la poesía: OSCAR PORTELA
			
			
									
									Oscar Portela
						- 
				Antonia Pérez García
 - Site Admin
 - Mensajes: 4129
 - Registrado: Sab May 12, 2007 11:45 am
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a oski2
Estimado Oscar Portela... gracias por estar por este foro,
te extrañabamos...la poesía jamás sera inutil...es la voz del alma
hecha palabra, es el pan y el vino de la inocencia, es la frescura
del agua, cuando aprieta la sed...la poesía es magia, solo que uno
a veces se desilusiona, se siente impotente frente a la destructiva
comercialización, solo para algunos.
Este trabajo es admirable y agradezco que lo haya posteado en el foro.
Gracias, Oscar
Un abrazo.
Antonia.
			
			
									
									te extrañabamos...la poesía jamás sera inutil...es la voz del alma
hecha palabra, es el pan y el vino de la inocencia, es la frescura
del agua, cuando aprieta la sed...la poesía es magia, solo que uno
a veces se desilusiona, se siente impotente frente a la destructiva
comercialización, solo para algunos.
Este trabajo es admirable y agradezco que lo haya posteado en el foro.
Gracias, Oscar
Un abrazo.
Antonia.
Un poema... ¡ Que mágica manera de decir que estoy presente !
http://cultural.sytes.net/arteycultura/AntoniaWEB
						http://cultural.sytes.net/arteycultura/AntoniaWEB
- 
				Isa Morion
 - Mensajes: 146
 - Registrado: Jue Abr 17, 2008 8:34 am
 - Ubicación: Madrid
 
Comentario al tema
Amigo Oski2, estos temas despiertan verdadera pasión
por que ellos contienen lo que muchos no sabemos
de ciertas historias algunas mitológicas,
Zeus y Beiron, especialmente logradas.
Un saludo.
Isabel Morión.
Madrid.
			
			
									
									
						por que ellos contienen lo que muchos no sabemos
de ciertas historias algunas mitológicas,
Zeus y Beiron, especialmente logradas.
Un saludo.
Isabel Morión.
Madrid.