hoy me senté frente al teclado
no del piano, en este PC infame
enfermo de ser viejo, lleno de penas,
con respaldo de antivirus, suerte musical
respiratoria llena de inertes poemas
a veces de amor, otras de sinos, porqués.
Como el quejido del cello
rasgando sonidos cual vestiduras furtivas
que vuelan alto imitando aves del paraíso,
en fin, sueño, sueño con música, bemoles
y do sostenidos con fa lastimeros,
buscando asir imposibles y olvidos.
Porque deseo olvidar los recuerdos
para poder decir palabras mudas enviudadas.
Pareciera que voy a inundarme de futuros
para guardar el agua adentro de mis oídos,
creo que todo será un gran ruido
y rasgo el cello gritando ¡ bienvenidos todos !
y miro esa nada convertida en futuros
que algún día parirán estíos de sabores nuevos
ricos en huecos sin fondo llorando sin penas.
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