POEMA EN RE MAYOR
Las estrellas que vemos en el cielo,
son las raíces de los árboles, que nuestro
verdadero padre plantó en la selva del firmamento.
Cuando cae uno de éstos árboles, también cae
una estrella del cielo.
Leyenda Maya, Lacandoma, La frontera perdida,
Alain Breton y Jaques.
Medito al canto del silencio,
entrando a lo profundo de los bosques
encima de sus ramas, y trepo a melodías,
me subo a una estrella y desecho una pena
impongo mi alegría,
pasan tantas cosas en la oscuridad
Parezco pequeño arriba esa rama
tan inmenso el amor
destinos, sutilezas,
las raíces profundas de esos añejos árboles
sembrados por el cielo
fornidos igual que el camino
que me trazó la vida
Ese canto al silencio penetró a mis oídos
como vuelo de picaflor, su silbido,
toqué la felicidad con mis dedos;
oí un sonido azul, sonata en re mayor
revuelto torbellino que enredó mis sentidos
salvaje y felino ese rayo azul.
Onirismo puro de niño,
con estrellas del alma esparcidas en cielos,
bosque surrealista enraizado en alturas
pensamientos mapuches, más hindúes y mayas
cavidades volando en trineo azul
tirado por mil astros.
¿camino entre los bosques o Manhattan?
¿ llamada musical, sonata, o verso?,
el Universo cavilando
adentro mi cantata
Busco follajes verdes,
robles cipreses, y sequoias,
mirando canción al Kosmos
medité con Noenechen, y Krischna
Hach Ak Yin, Ak Yun,
conversé desdoblado con los Dioses,
divisé nada, mi sonata en re.
México, 2000