sin pensar en el futuro.
La noche es su compañera,
por eso nada ve oscuro.
Torpe tiene la cabeza,
como nublada la siente.
Por más que quiere no piensa,
nada le viene a la mente.
¿Dónde marcharon los días
en que la Musa, su amante,
a visitarle venía
de forma fiel y constante?
Se fueron y ya no tornan,
es inútil que lo pida.
Todo acaba de igual forma,
como se acaba la vida.
Ayer catorce sonetos
escritos a toda prisa.
Hoy apenas unos versos…
¡Para morirse de risa!
Y a chufla debe tomarlo
si quiere andar su camino
Dios sabe hasta dónde. Y cuándo
ha de llegar a destino.
En tanto, viejas historias
recuerda de su pasado.
Unas de grata memoria,
otras que fueron pecado.
Mas si pecó por amores,
¿a quién demonios le importa?
Ésas son sus conclusiones.
Total, ¡la vida es muy corta!