me sentí transportado hacia otra esfera;
pero fue sólo un sueño de un instante,
lo que dura una vela.
Pensé que hasta el postrer de mis alientos
podría disfrutar de tus amores.
Pero duró muy poco esa locura,
como el dinero al pobre.
Y hoy me veo de nuevo solitario,
sin nadie a quien contarle mi inquietud.
Contarte todo a ti me gustaría,
pero ya no estás tú.
¿Por qué no me has querido, niña amada,
por qué te has alejado así de mí?
No voy a reprocharte lo que has hecho,
¡aunque sea mi fin!
¡Tan breve, tan escaso y tan confuso
al cabo resultó serlo tu amor!
Tú sigue tu camino por la vida…
¡En él no he de estar yo!