cuando juntan crisálidas los aires
sus restos de cerosas alas azules
vaporosas e insignificantes, sin peso,
vagan ideas moviendo sus letras,
en pos de si mismas buscando algo,
y levanto mis dedos
pido la palabra,
enmudeciendo mis labios al verte,
¿podría un gran grito gritar y mutar todo?
no es que me falte tema sin síndrome habitarlo,
pero a veces mis abejas comen las hormigas
y la miel se transforma en albedrío,
en cuento sin final, ni poesía,
y camino apurado sobre mis propias huellas
y desparramo ideas, síndromes, vocablos,
bajo la sombra de tristes árboles de nácar,
como teclas de piano,
soplando serenatas.
(en el mismo patio donde nadie te ve.)
[/center]