HIJASTRA DE LA LUNA Y DEL SOL

[Orlando Santana Cabrera]

Hijastra de la luna y del sol,
mujer de petrificada lava, oh dulce Galia,
¡cómo arden mis entrañas cuando pienso en ti!
Apenas veo el mundo pasar ante mis ojos,
lanzo escupitajos sobre las más bellas pinturas,
yo mismo he forjado el acero
con el que me has herido, necio de mí.
Mis manos sólo sirven para surcar la tierra,
mi desprecio por todo quema mis mejillas.

Contemplo a los hombres levantar murallas
que el tiempo derriba con su soplo,
oh dulcísima Galia, tu desprecio
me ha envejecido mil veces mil años.

¡Mas aún silba el mirlo,
aún late todo lo que padece y ama,
aún la alondra revolotea sobre la fragancia de la rosa,
aún la hormiga construye su galería!
¡Aún te sueño, a pesar de todo!
¡Lloro de alegría porque sé que existes!

[Antonia Pérez Garcí­a]

Estimado amigo poeta Orlando...maravillosa ofrenda de poema
para leyendas casi olvidadas, GALIA impulso de amor.
Un abrazo de Antonia.
La apunto para leerla en nuestro programa de TV por internet
el sábado 22

[Orlando Santana Cabrera]

Estimado amigo poeta Orlando...maravillosa ofrenda de poema
para leyendas casi olvidadas, GALIA impulso de amor.
Un abrazo de Antonia.
La apunto para leerla en nuestro programa de TV por internet
el sábado 22

Mil gracias, querida amiga, un fuerte abrazo y feliz Navidad. Or.

[Esther Luscinda Melcón]

Orlando:

El volcán es como tu
que le arden las entrañas
si piensas en la bella hija
de Selene y del sol, Galia.

Te hieres con tu acero
pues espada has forjado
para ese amor que sientes
y nunca es olvidado.

Sueña poeta, sueña
y llora de alegría
que la vida lo es todo
y tienes que vivirla...

Saluditos Esther Luscinda

[Orlando Santana Cabrera]

Orlando:

El volcán es como tu
que le arden las entrañas
si piensas en la bella hija
de Selene y del sol, Galia.

Te hieres con tu acero
pues espada has forjado
para ese amor que sientes
y nunca es olvidado.

Sueña poeta, sueña
y llora de alegría
que la vida lo es todo
y tienes que vivirla...

Saluditos Esther Luscinda

Gracias por tu amable réplica, querida amiga, también tú eres Galia, todas las mujeres se llaman Galia... En mi comentario a tu poema no acabé la frase porque sabía que me entenderías perfectamente, tan perfectamente como me has entendido. Un beso. Or.