DE ABISMOS Y FRAGANCIAS

[Orlando Santana Cabrera]

(EL VIENTO TE LLEVA, EXTRANJERA)

Un hombre cree que no avanza, no ve su rumbo,
mas conoce las cosas de los distintos caminos,
todo le es amistoso e incluso familiar, los pájaros,
la cuña del sol entre dos montañas gemelas:
ya una vez pasó por aquí, sin haber pasado jamás.

En aquel recodo hay un ángel sentado que gime,
entonces el hombre cierra sus manos con fuerza
y llora sin aliento, como un niño perdido en una esquina.

Sabe tú, pues, que el dolor del mundo cabe en un pecho,
que todos los mares pueden ser contenidos en una botella,
¡que todos los almendros de la tierra son un solo árbol!...
El abismo bosteza, mas el hombre conoce la zancada.
Llueve con furia, mas todo lo que anda halla cobijo.

Perfuma una rosa de terciopelo, oh amada, miénteme:
¡el viento se lleva el aroma de lo que es falso,
la fragancia de tu existencia sigue derivando de ti,
a pesar de todos los vientos, no obstante todos los años!
Tu risa ha cruzado los milenios hasta mi puerta,
entra sin llamar, estaba con el ángel que gemía,
mi tristeza lo ha consolado y corre sin saber adónde:
soy el hombre que cerraba sus manos y lloraba como un niño,
estoy al final del pasillo, asomado a la ventana de la nada.

Mas sigues de largo con una rosa de fantasía en tu pelo.
El viento te lleva, contemplas mil soles en el horizonte,
¡adiós! ¡El perfume que me llega emana de tu paso por el mundo,
mas nunca volveré a correr en pos de una sombra!

[Esther Luscinda Melcón]

Orlando
que hace a los hombres llorar
y a los ángeles gemir,,
le duele el dolor del mundo,
todo le cabe en el pecho
cuando agranda su sentir,
el mar le ruge en su adentro,
de vida siente el latí­r.

Pero al amor nunca se debe mentir,
ni perfumando las rosas,
jamas falso debe ser
pero puede ser un sueño
que soñar debes querer.
no corras tras una sombra
atrápala...

Esther Luscinda

[Orlando Santana Cabrera]

Orlando
que hace a los hombres llorar
y a los ángeles gemir,,
le duele el dolor del mundo,
todo le cabe en el pecho
cuando agranda su sentir,
el mar le ruge en su adentro,
de vida siente el latí­r.

Pero al amor nunca se debe mentir,
ni perfumando las rosas,
jamas falso debe ser
pero puede ser un sueño
que soñar debes querer.
no corras tras una sombra
atrápala...

Esther Luscinda

Gracias, esther. Te diré un secreto, eres un sol y mi lectora favorita. Que sea muy, muy feliz. Un beso. Or.