Dibujo original de Elisa Lattke
*
Iba por un camino,
camino triste y gélido camino.
Levanté mis brazos, buscaba,
¡Estaba vacía de tí... ¡No te hallaba!
He ido a tientas por nieblas,
eran mis ojos que te ocultaban.
Y cuando por fin te hallé
supe de tu turbia realidad
que te empapaba de lágrimas.
Y en la urdimbre de mi piel,
tejido de sentimientos
donde mis sueños se bordan
allí, donde no se apagan,
te rescaté a base de mis palpitabas.
No querías que supiera que tú también
me sentías y como yo, tanto amabas.
¡Escucha!
Me importa el filo de aguja que cose toda mi vida,
que me da los hilos para enhebrar mis palabras,
siendo de mi telar husillo para tejer con mi alma.
¡Sí, bordo y tejo palabras para darte mi regalo
porque me salen del alma!
Y ...¿sabes?...
Zumbaban mis pensamientos,
aguijonean tenían los verbos
y tú, mi bien tan deseado,
pulías mis esperanzas,
educándome en el manejo
de duisadirme de ansia,
cuando eras quien más me deseaba
allí dentro de ti... En tu estancia.
¡Dime!
Ese Dios al que tú y yo pedimos, el que sabe...
¡A cambio de tanto bien
por qué nos rompe las alas
y nos lanza a este mundo
de la huesa en carne humna!
Aroma de ti me traía el aire...
¿Vienes del monte? ¡Sí!
Es que te llevo en mis latidos
y te siento en mi pecho
como el aroma de albahaca
¡Ay, tómame primavera que ya el invierno me mata!
Eres más lo que agita cuando el silencio me calla
y el corazón golpetea, aquí en el pecho,
vibra,
grita...
¡No se calla!
¡Hoy te siento aroma de hierbas
y en el aire, amor mío,
hoy me hueles a más,
a azahares, menta y albahaca!
Y me gusta quererte así
y perderme en mí para renacer de nuevo
en este paisaje sin astro, para buscar en la luz
o en la luna de un mes querido, luminaria de primaveras
que sólo me intuyen paseando y tiritando en tus cielos
sin esos soles de Mayo, sin esos ojos que quiero,
mi luna, luna que amo y la que brilla en mis cuentos.
Arropada en mi jubón resonaban mis latidos
caminaba por la bruma, te buscaba amor mío.
Soñaba el amor bien hallado repicando en mis oídos,
encaminaba y te sentía envuelta por mis latidos...
¡Y eras tú que me abrazabas para quitarme este frío,
que supiese que me amas como nunca habías querido.
Zumban las ideas como abejas desesperadas,
enjambre de una colmena donde sonaban palabras.
Trascendían en el aire y eran los pensamientos...
¡Aroma de amor a hierbas,
erás tú que me atraías
con olor de primavera,
... azahar,
... menta
y albahaca!
Y en mi pecho un sentimiento que lloraba,
estabas dentro de mí, estabas en mi poema
revolviendo por mis versos
para decirme...
'¡Te quiero!'
Sabías que yo te amaba.
¡Ay, cómo trasciende la vida
y este aroma de hierbas,
aroma de primavera
amor con olor a albahaca!
*
Elisa.
Dic.-07
(Meglio)
