Olvidé mi juventud en el silencio
por buscar tu voz en esta tierra.
Abandoné mi vida junto a un charco
y conocí mi tristeza reflejada bajo la lluvia.
Durante el día escucho a mis palabras
que le prenden velas al remordimiento,
al llegar la noche las oigo plañir
porque se han quedado sin velas.
Dejé mis ojos sin esperanzas
por buscar tu mirada en la confianza.
Mis sueños más caprichosos te han buscado lejos
y han despedazado sus alas contra el suelo.
Desde el silencio tendrá que retornar mi juventud
para rescatar esta ave herida que soy.