cuando todo se acumula en un montón,
e inefable se apila, sin poder parar,
y la barra de chocolates está por terminarse,
le pido a Dios, conversar por un minuto largo,
y me siento en la copa de un árbol
para escuchar la palabra, que viene del viento,
del aire convertido en zorzal que zorzalea,
buscando mi oído, deseoso de escucharle,
y me absorbe la obsidiana de luces brillantes
que imprime carpeta con palabras divinas,
me convierto en pájaro de plumas opacas
y regreso a mi antes, al ayer, que es hoy,
que después se transforma en cascada de perlas,
con luces brillantes iluminando el camino
que me queda, para recorrer........ antes de la Meta..