AVALANCHAS DE SILENCIOS

[A. Elisa Lattke V.]

Llora la vida por los silencios
se nos desliza por las mejillas,
montaña abajo se precipita
ellos deslizan como palabras
que nunca dicen los que nos aman.
Si hay avalancha, ¡sal tú corriendo!
O hazte a mi lado... ¡te quiero tanto!
Que he entendido que soy su eco
y del viejo árbol frondosa rama
donde avalancha siempre se para!

¿Sabéis? ...

Es un bello amor que se desprende
de todo sueño como montaña;
y las montañas están muy llenas
de sus palabras y sus silencios,
vienen corriendo como pedradas.
Nos dan de lleno y dan en su blanco
nos desbarrancan... ¡No les temamos!
Van descendiendo a trompicones,
bajan llevando los pensamientos,
los sentimientos, las ilusiones.
¿Y qué nos queda?
¡Ay lo que queda de los amores!
Sólo unos besos, unas caricias,
cuatro achuchones y moratones!
Y muertos todos ya quién se acuerda
de las palabras que no se han dicho
enmudeciendo tras una puerta,
esa del mundo cuando nacemos
y nos perdemos ilusionados,
buscamos algo que no se encuentra
y si lo hallamos, ¡tarde llegamos!
Y nos quedamos siempre esperando.

Nos encerramos en un silencio...
y la palabra se hace avalancha,
va recorriendo montaña abajo
va haciendo ruido, desesperado;
y al ir con ella te vas muriendo,
vas acabando, vas terminando
¡y son palabras precipitadas...
ellas empujan, van arrastrando
y cuando llegas... vas acabada,
y algunas veces bien aplastada.


Ranita.

[Antonia Pérez Garcí­a]

¡Hola Elisa!...me gusta el poema, no se cómo se me habia pasado.
creo que últimamente estoy mal de la sesera.
pero cómo dice el refran...Yerba mala nunca muere".
Un beso grande.
Antonia.

[Olga San Isidro]

Nos encerramos en un silencio…

pero siempre esperamos
que una puerta se abra,
no tan solo una palabra
sino un acto…en una mañana.

Besos querida Elisa, ¡me gusto enormemente!