Querida Antonia, tus versos se clavan en mi alma, siento tu dolor en ellos, y eso me entristece, quizás me equivoque, pero creo que siempre hay un mañana, que siempre amanece de nuevo, no importa lo que haya pasado, ni el tiempo que transcurriera, recuerda... ¡siempre amanece!
¡Te quiero Antonia! Un beso.
No hay nada mejor, para curar un alma herida,
Que un dulce poema y una mano amiga.