entre estruendos de minutos rotos,
deseaba encontrar la paz entre mis meridianos,
encontrar la felicidad
adentro la continuidad de una ola,
¡tanta felicidad! como un océano,
me dejé llevar por resonancias del mar,
su música ensoñadora, cual llanto de saxofon,
amores de mazapan,
dulces primores,
me abandono,
sueño, vivo , y me fugo a la luz incierta.