en estas tardes azules verdosas,
los triglicéridos se me atragantan
en mi metabolismo incierto;
me fumé un cigarrillo de hojarascas
para tranquilizar mis verdades a medias
que andaban dudosas con tanta nicotina,
pero una cascada de silencios
se me atravesó en mi camino
y me azotaron las cunetas en mis orillas;
abrí mis ojos arrugados de sueño
y me dirigí a mi ser despierto,
me pregunté dudoso, ¡ay estas dudas de siempre!
que me acorralan y me impiden ver lo cierto,
deseo escribir mis versos,
libres de tantos amuletos,
mi brazo y mi grafito y el infaltable pincel
me aclararon las disonancias,
mas llegó mi Musa acompañada de mi Cello
y se me aclaró todo, blanco el papel y la tela
los llené de colores y abecedarios
y el silencio me volvió a la vida.