simple ave de paso,
en el nidal de tu cuerpo.
Ni cenizas esparcidas,
en el rescoldo caliente
de las sabanas.
Ni viento por las rendijas,
filtrado, tramposo y silente,
en el calor de tu estancia.
Ni sombra que te opaque
o sol que te deslumbre,
simplemente estar.
Clavado en la simple medida
de tu esquina,
de tus temores , de tu vida y
compartir los jazmines de tus años y
mis cincuenta sueños desgastados.-
Horacio Montes-Bradley

Mayo / 1996