sin dejar mi destino marinero.
El no deja de soñar, es su empeño,
y sigue buscando puerto amigo.
Puedo una vez más / no acobardo
pasar los embates del destino.
No es de mí, el tonto desatino
de renunciar simplemente a tu cariño.
Trataré de ubicarme sin medidas
poniendo el hombro en el camino
que por tempestas aguas he cruzado
y he sacado bastante bien mi sino
De la forma que sea y lo reitero
sin tener más guía que tus ojos
voy siguiendo el rumbo marinero.
Horacio Montes-Bradley.
Abril /1997
