UN HOMBRE EN LA NOCHE

[Orlando Santana Cabrera]

(Se niegan mis ojos a derramar una lágrima)

Sin nombres que me detengan voy andando
por un páramo de hogueras y piedras blancas.

Allá abajo galopan sin dejar huellas,
viniendo de lejos, los caballos del agua.

La niebla del crepúsculo se enreda en las palmeras,
los eucaliptos atrapan a la luna empolvada.

El último rayo de un sol que se esconde
adorna de un abeto las piñas y las ramas.

Mis manos tantean los muros de la noche,
he llegado al borde de un abismo que brama.

Se oxida mi corazón cual un trozo de hierro,
se niegan mis ojos a derramar una lágrima.

Desando el camino con pasos de ciego
mientras busco tu nombre en las ruinas de mi alma.

La tristeza me hace silbar como un mirlo,
y un mirlo me responde oculto en la retama.

[Olga San Isidro]

Sublime y triste... muy triste.
Un abrazo amigo.

[Orlando Santana Cabrera]

Sublime y triste... muy triste.
Un abrazo amigo.

Gracias por tus amables palabras, querida amiga, que seas feliz ahora y siempre. Un abrazo. Orlando.