JUSTO DONDE EL RÍO DE LOS SUEÑOS

[Orlando Santana Cabrera]

Justo donde el río de los sueños
desemboca en el mar del olvido, lloro.

¡Y cómo sufren por aferrarse a orillas nebulosas,
cómo se agitan antes de hundirse del todo!

Entonces el hombre se yergue, cesa su llanto,
esculpe en el aire un nombre solo.

¡Sí, todavía un nombre para seguir la oscura senda,
todavía el recuerdo de unos labios y de unos ojos!

Me acompañarás por dentro toda mi vida.
No se endurece la lava de mi corazón roto.

Desando el desierto donde ríe la alimaña,
atravieso las cortinas de los espejismos engañosos.

El viento ulula con rabia por tumbarme,
una máscara que sonríe cubre mi rostro.

Sale la luna como un fuego diamantino, muy blanco,
un fuego que arde de prestado, bien redondo.

La distancia no se mide lanzando una piedra,
es saber que existes, que acaso seas de otro.

[Esther Luscinda Melcón]

Los sueños que desembocan
en ese mar del olvido
son como las nebulosas
que se deshacen con frí­o.

Quieres medir la distancia
que te separa de amor,
pero no con una piedra,
debe ser con una flor.

Saludos Esther Luscinda

[Orlando Santana Cabrera]

GRACIAS, LINDA. ERES EL SOL QUE ALUMBRA MI PASO POR ESTE MAGNÍFICO FORO. UN BESO: ORLANDO.
Sé Feliz siempre.