siento que no siento nada, también
presiento navegar entre astros,
viajando a Casiopea, en una nube,
alrededor de un oda, una argolla
de chocolate y merengue;
exquiciteces, caramelos, amoríos,
de la nada revientan los cometas,
desagrado de mirar tantos errores,
el mundo camina de la mano de ellos.
El color alga, color de nadie,
encerrado en la brújula del sonido,
resuena en el vacío del alma en pena,
no se puede amar a ciegas, sin ver nada,
no se puede mirar la nada cuando está ciega;
se amarran las estrellas en torno a un àtomo,
un capricho molecular , raíces cuadradas.
los números primos dilatados se encierran
en un cuadro surrealista pintado sin pinceles,
¡funcionarà?...(la pregunta diletante), trunca,
nadie sabe hasta donde llegarán las fòrmulas,
y las fàbulas comiendo números dulces.
Se encierran en el canasto de la Ciencia
y los valores humanos se truncan y se ciegan,
se descubren miles de fórmulas alargando vida,
y se acorta la vida matando el agua,
el mundo revienta en calores insoportables
y los líderes disimulan no saber nada;
da vergüenza compartir poemas arando en el mar,
y los intereses creados dominando el intelecto;
recuerdo nuevamente el grito de Munch
y me encierro adentro de mi caracola dorada.