MELODÍA DE VERSOS PARA UNA DEDICATORIA

[A. Elisa Lattke V.]

Melodía de versos para una dedicatoria


Tú, como mi alma, mi corazón;
parte de mí, tizón perenne de llama viva,
tú, candela sometida al influjo de mis llamas,
necesidad y potencia de mi alma...
¡Mi energía!
Tú, mi placer intenso, mi dolor, acoso,
mi vana voluntad entre tus manos
y, siendo del mundo en el que vivo,
mi cielo, mi soporte, mi reclamo.

Tú, Alma, corazón, placer, dolor, mi mundo;
si vivo para ti en este cielo
donde tú permaneces sosteniéndome,
serás la prueba del llanto, mi consuelo,
si no puedo caminar hacia tu encuentro.

Cuando mi mente se vaya de este mundo
cuando se libere por fin de estos abismos,
sabrás que algo te recuerda..., alguna aroma,
unas alas sentirás cuando... me pierda...
dejaré de hacer y pensar un catecismo.

¡Oh, Alma, no quiero ser tumba y olvido
ni tampoco de tristes sentimientos,
ni menos un rosal que no le riegan
lágrimas de azules sentimientos!

Al llegar el amor por primavera
se resiste realidad en este cuerpo,
tumba de inútil desafío... ¡Febril quimera!
Porque, aún sigue en su interior creciendo,
algunas hierbas más para mis siegas.

Tú, reposo y paz, consuelo,
mi bien deparado del ayer por cielo,
me has hecho un ser algo más valioso
fijando alma extraviada a tu reflejo,
haciendo de lo humilde algo glorioso:
¡Lo mejor de ese ayer que en mí poseo!


Elisa

[Antonia Pérez Garcí­a]

¡Hola Elisa!...¡Qué bonito este poema, me ha encantado!
Un beso grande de Antonia.