Si algún día mis letras estuviesen vivas
quisiera que fueran como el agua
que corre suelta.
Como las profundas raíces del sauce,
como la arena que arrastra el mar
que lleva al delta.
Quisiera que en algún lejano corazón
se quedaran para siempre presas,
y fueran absueltas.
Desearía cuando las digan tus labios
que acariciaran todos los sentidos
de tu alma revuelta.
Que fuesen en medio de los desiertos
parpadeos de unos negros ojos
que vienen de vuelta.
Si algún día mis letras estuviesen vivas
yo dejaría ya de estar muerta.
No hay nada mejor, para curar un alma herida,
Que un dulce poema y una mano amiga.
Olga, precioso poema y compartido deseo de que las letras que nos salen del alma se conviertan en agua que lleven los ríos hacia almas que las comprendan.
Un abrazo
La PALABRA es la que nos hace libres,
no la amordaces.
(Maite Martin-Camuñas)