dándole al ocio su tiempo,
florando al aire las ternuras
y memorias como el mismo indique.
Andaré por tus rincones
y en cada lugar olvidado,
aunque los ciegos te habiten
y solo te saben pasar.
Haré mío cada perfume
que nadie huele o siente
y refrescaré en las fuentes
donde se bañan los gorriones.
Y cuando retorne a casa
lo haré cargado de sueños,
para que tal vez, algún día
vuelva a realizar el recorrido
de la nostalgia.
Horacio Montes-Bradley
