eterno buscador de su camino;
una simple espora en busca de su brillo.
Un puñado de contradicciones
y equÃvocos,
atemperados por claros amaneceres.
Un hombre,
un sortilegio de desencuentros
en espacios infernales y desmedidos.
Imperfectos,
indeterminados
y por ende humanos,
como un simple juguete del destino
que intenta mejorar
su lógico destino.
Solo soy,
mi luz y mi sombra.

Horacio Montes-Bradley