Se está muriendo el día;
el cielo, antes azul, extiende
su mágica capa de estrellas.
Confundiéndose con el rumor de las olas
se eschucha, en la distancia, a una fuentecilla
canturreando su eterna y alegre canción,
El aire viene perfumado
con cálidos aromas
a romero, yodo y jazmín
y, en la agostada hierba,
un corro de cigarras y grillos
le están rondando a la luna.
Todo esta tranquilo,
todo es calma,
todo silencio;
que, solo lo rompe,
la voz de una guitarra
que bordonea en las sombras
Ya al empezar su poema puedo imaginar ese paisaje
de estrellas sobre las olas, y mar afuera el dulce
aroma a romero y a jazmin. Gracias por compartirlo.
Un abrazo.
Antonia.
Un poema... ¡ Que mágica manera de decir que estoy presente !