Guardaba sus lágrimas
en un sobre azul,
contenedor de sus penas;
No se quejaba, sonreía,
esperando su abrazo
gritos recibía, Un miedo
sin ira se adentraba
sin ella notarlo, iba
transformándola en mujer
sin vida.
La voz temblorosa, los
ojos que antaño luces
tenían, ahora son opacos,
su risa una máscara,
su cuerpo inclinado,
sus brazos caídos,
su mente vacía.
De madrugada de un
día cualquiera, la dejó
sin risa, sin llanto, sin ira.
(Homenaje a las mujeres maltratadas.)
Madrid 2.009.
Isabel Morión.
[/color][/center]