tú poesía clara
que leo incansable
buscando esperanza,
a veces la encuentro
colgada de un hilo
que mece sonrisas
que esponjan el alma.
Tus versos ocultan mucho desencanto:
¿Amar para nada?
-miento-
“te pagan con soledad
y mucho padecimiento.”
Siempre estás buscando a Dios
en las tascas, en mendigos,
en las caras de los niños.
Te enfadas con S.Isidro
dejándole tu herramienta
esperas inútilmente
que te haga tú trabajo
mientras bebes unos
chatos en tabernas.
Estás con los que vomitan
lágrimas.
Nos avisas que has visto a los secos
de corazón: se cuelan
en ministerios, administran
buhardillas rebajan los jornales…
“Que su vida es así, os advierto
enterrad a ese hombre cuanto antes”
Calientas el corazón
con rayos de alegría
en pura contradicción…
“Solo la tristeza es natural”
Como Unamuno te trae
de cabeza Dios.
-nos dices-
“Lo más triste de Dios,
es que no puede creer en Dios”…
Lloras con lágrimas ocultas.
Deseas ser una inmensa
aspirina, que quien te cate
se cure.
Tu sarcasmo glorioso
envuelve las miserias,
siempre dejas en ellas
la sonrisa.
Al fin has conseguido
convertirte en inmensa
medicina, quien te cata
se cura.
*
Labarces, verano del 2012.
Isabel Morión.