el día de la República.
Ya saben, la cosa pública
de la que comen dos mil.
Los demás, un hambre vil
sin trabajo y sin pensiones.
No le faltan, pues, razones
al que por ello protesta.
Mas dos palos en la testa
acallan a los chillones.
Es España Monarquía
porque lo dispuso Franco,
aunque más parece un Banco
que ni te presta ni fía.
Y en esta absurda anarquía
reina el Borbón por decreto,
pese a no ser un secreto
que es el Gobierno quien manda.
Juan Carlos va de parranda
y el hombre es poco discreto.
Pues, torpe, en su borrachera,
matado ya el elefante,
corre, que su nueva amante,
ansiosa, Corina, espera.
Y se rompe una cadera.
La fractura es delicada.
Rápido se le traslada,
que operarle es necesario.
Ya lo pagará el Erario,
aquí no ha pasado nada.
Así, entre juergas y danzas,
es del Borbón el reinado.
¡Con tanto obrero parado
y él se permite estas chanzas!
¡Pues sí que brinda esperanzas
al sufrido ciudadano!
Mientras recorta Mariano
él despilfarra el dinero,
pues le place al caballero
más que la tiza al enano.
En fin, el año que viene
estaremos en la misma:
Se romperá el rey la crisma,
puesto que en pie no se tiene.
Hay que pensar qué conviene:
¿Un Presidente, un reinado?
Por más que me lo he pensado
no encuentro la solución.
Mejor que siga el Borbón,
que a la postre es muy salado.