VINICIUS POSTIGLINE Y TESEO,
poema de OSCAR PORTELA 
Vinicius. Tú sobrepasas infinitamente 
las medidas. ¡Lucido en sueños. 
Soñando en las vigilias! 
¿Donde está lo real sino en la carne 
que un tiempo ignaro mancillará algún día?. 
Pero los Dioses como tú que 
osan darnos refugio no perecen. 
Y metamorfoseados vuelven 
para ser la morada del deseo. 
Así Vinicius Postiglione 
como un nuevo Teseo nos salvas 
de toda oscuridad y de lo informe. 
Amo tu cuerpo todo, 
tus exactas medidas, 
pues eres templo y Dios, 
y entre los dedos 
de esos tus pies perfectos, 
buscan mis labios ávidos, 
el verbo que declina en Occidente, 
Y en tu sexo de buitre y de paloma, 
escancio los espacios y las horas 
desta vida terrena. 
Así busco esa perdida luna entre las 
nacaradas uñas de tus dedos, 
y me extravío en tu desnudo torso 
donde navegan todas mis Trirremes. 
¡Ah, sin un día descansar pudiera 
sobre tus muslos dorados y perfectos!. 
Y tus manos de Dios en mi cabeza, 
permitieran libar en la osadía 
de la dulce ambrosia que solo tú posees 
y que sello de eternidad lleva consigo 
entre tus torneadas piernas. 
¡Oh Dios tan joven y perfecto, 
que sin macula convives con las horas 
de la tierra renovada en tu ojos donde 
esplenden los soles de otras vidas 
mas altas y potentes!. 
Vinicius Postiglione en el Olimpo 
coronado de mirtos nos contempla. 
Otro Olimpo dorado entre sus manos 
como estrella de Oriente nos florece.
			
			
									
									VINICIUS POSTIGLIONE, poema de OSCAR PORTELA
Moderador: IVAN CARRASCO AKIYAMA
VINICIUS POSTIGLIONE, poema de OSCAR PORTELA
Oscar Portela
						Re: VINICIUS POSTIGLIONE, poema de OSCAR PORTELA
Retrato de Oscar Portela
por Francisco Madariaga
Mi coterráneo, porque lo soy con los correntinos, y especialmente, con los del departamento de Yaguareté-Corá y con los de aquellos otros que también tienen esteros, lagunas, palmares; de las ciudades y pueblos como Taragüí. Saladas la del Negro Sargento Cabral, el Paso de los Libres. Loreto y otros; de la meseta de Mercedes y el sistema de Esteros y Lagunas del Iberá; y también con los habitantes de los parajes donde iban a terminar las grandes tropeadas que partían de Corrientes de las vaquerías coloniales: las costas del Mar de los Castillos con sus lagunas y palmares— en Rocha de la Banda Oriental del Uruguay.
Bandidejo especial, que ha sabido conducir al Ser hacia un lila general.
Viva, pues, su camino de salvación lila. No tiene otro, antiguo embajador de la Hélade. Tribuno público de la romanía, periodista de la corte de César o de los campamentos de Aníbal, entre africanos quemados y asiáticos perezosos. Santo andante por tabernas y correrías en las que, sólo a fuer de poeta, pudo comunicar, sin confundirlas, a la poesía con la filosofía.
Sacúdase toda muerte y dispóngase a organizarse en el Este y el Nor-Oeste Poniente. El Sur no se lo puedo recomendar a un jinete como usted, que nació muy cerca de los tigreros de la caliente alba coreana. ¿Recuerda que, en Corrientes, se los llama coreanos a los de Yaguareté-Corá?
Póngase a trabajar en la síntesis de todos los resplandores. Los quebrantos, las "presentes sucesiones de difuntos", de todo aquello que le ha llevado casi hasta el borde del crimen contra usted mismo.
Entréguese al lila y abuse de todas sus hogueras y sus sombras, aunque corra el peligro de caerse, arrastrando el rostro por las arenas. Éstas, seguramente, serán también de ese color.
AMENLILA debe ser en adelante la palabra con que firme sus escritos, desde misivas hasta poemas.
			
			
									
									por Francisco Madariaga
Mi coterráneo, porque lo soy con los correntinos, y especialmente, con los del departamento de Yaguareté-Corá y con los de aquellos otros que también tienen esteros, lagunas, palmares; de las ciudades y pueblos como Taragüí. Saladas la del Negro Sargento Cabral, el Paso de los Libres. Loreto y otros; de la meseta de Mercedes y el sistema de Esteros y Lagunas del Iberá; y también con los habitantes de los parajes donde iban a terminar las grandes tropeadas que partían de Corrientes de las vaquerías coloniales: las costas del Mar de los Castillos con sus lagunas y palmares— en Rocha de la Banda Oriental del Uruguay.
Bandidejo especial, que ha sabido conducir al Ser hacia un lila general.
Viva, pues, su camino de salvación lila. No tiene otro, antiguo embajador de la Hélade. Tribuno público de la romanía, periodista de la corte de César o de los campamentos de Aníbal, entre africanos quemados y asiáticos perezosos. Santo andante por tabernas y correrías en las que, sólo a fuer de poeta, pudo comunicar, sin confundirlas, a la poesía con la filosofía.
Sacúdase toda muerte y dispóngase a organizarse en el Este y el Nor-Oeste Poniente. El Sur no se lo puedo recomendar a un jinete como usted, que nació muy cerca de los tigreros de la caliente alba coreana. ¿Recuerda que, en Corrientes, se los llama coreanos a los de Yaguareté-Corá?
Póngase a trabajar en la síntesis de todos los resplandores. Los quebrantos, las "presentes sucesiones de difuntos", de todo aquello que le ha llevado casi hasta el borde del crimen contra usted mismo.
Entréguese al lila y abuse de todas sus hogueras y sus sombras, aunque corra el peligro de caerse, arrastrando el rostro por las arenas. Éstas, seguramente, serán también de ese color.
AMENLILA debe ser en adelante la palabra con que firme sus escritos, desde misivas hasta poemas.
Oscar Portela