Sin egoí­smo

[Diana Noble Pavon]

Te encontré un día cuando reposaba mi alma
a la espera de un sentimiento espléndido,
atardecía rojizo mayo
y el trinar de las aves se confundían por el aire
en un debate de pasión y nostalgia,
sin sentir mis alas cobijaban con ternura
tu flaqueza y mi sangre alimentaba tu cuerpo
ya destilando el aroma del amor,
el sueño era real
cargado con primicia de felicidad y devoción.

Después la brisa del crepúsculo bañó
mi ser lacerado y escurrió en mi
rostro gotas de dolor y agonía,
ni el intento por detenerte
halló razones para desmerecer el cielo
que hoy se tornaba gris con tu partida,
solo una duda se escurrió filosa
en mi corazón ya perecido entre sombras,
y una grieta se erguió impetuosa
por las fracturas de mis huesos
esperando ahora el derrumbe de la noche
y los resignados suspiros de la luna.

Tu adiós tintinaba en silencio mi espíritu
hilando pedazos de crueldad en las paredes,
aquel momento arrebatado en que te miré
las pupilas y las manos blancas
eran solo prismas del tiempo
recordándome egoísta que no hay preguntas
ni sonrisas en la esperanza fallida,
de mi atardecer sentada en total calma
solo quedó el vacio retando al cielo
por un rayo o un refugio supremo.

Te encontré en un tiempo irrepetible y
antes de verte te amé como una rosa
abriendo los brazos al sol,
por ese precioso instante bendigo
la sensación de respirar tu aire
y envolver con tus latidos mi ilusión incrédula,
porque todo aquello que dejaste es un nido
que cubre mi necesitado anhelo
para vivir de sueños donde tu huella
sea el tesoro que cimiente mi existencia.

[Antonia Pérez Garcí­a]

¡Hola Diana!...hermosa prosa poética nos dejas,
encierra todo un cortejo de pasión , nostalgia y amor...
un encanto,
Un beso de Antonia

[Liliana Aiello]

Diana es un placer leer tus versos en este mi mediodía argentino.
Te dejo todo mi cariño y gracias por compartirlos.
Besossssssssssssssssss

LILI